
Prácticamente de un día para otro la vida de Anshuman Vohra cambió. A finales de 2003 el joven Vohra, de 32 años, reputado banquero de inversión de ascendencia india e hijo de diplomático, en un almuerzo, tuvo una idea. En el restaurante en el que estaba todo el mundo bebía vodka y whisky, pero la ginebra era escasa; solamente unas pocas botellas miraban desde lo alto a los comensales. Ahí, surgió la chispa.
A Anshuman Vohra se le ocurrió crear una ginebra, de sabor suave y carácter herbal, una ginebra que estaría elaborada con una larga lista de botánicos, nada más y nada menos que 72. Era el momento de ponerse manos a la obra.

Días más tarde, durante una tarde de viernes previa al pistoletazo de salida del fin de semana, este bróker envió diversos correos electrónicos a distintas destilerías de todo el mundo explicando su plan. La semana siguiente, el lunes, solamente una respuesta aguardaba en su bandeja de entrada. Era una destilería histórica, con 250 años a las espaldas, interesada en su idea.
Lo primero era acotar los ingredientes, 72 botánicos no podía tener una ginebra. Ojo de dragón, amapola, hojas de loto, limón, almendra, casia, lavanda, raíz de Florencia, regaliz, angélica, cilantro y, por supuesto, enebro, fueron finalmente los elegidos. Nacía Bulldog Gin.
Para 2006, Anshuman Vohra se empezó a dedicar por completo a Bulldog Gin, el nombre que otorgaría su ginebra, y recibió en su oficina la primera caja. Una satisfacción. Trabajo bien hecho. Su sueño de una ginebra suave, herbal y única, se había cumplido.