Como suele pasar con esto de los días internacionales de lo que sea, a excepción de los más importantes normalmente…
Pongámonos sobre antecedentes. Javier Caballero, definido por él mismo como un bartender —aunque no trabaja para un bar y ni siquiera lo tiene—, es el Ferran Adrià de la coctelería.
Vitoriano de nacimiento, compostelano de formación y barcelonés de adopción, Caballero se dedica a crear en coctelería. Al igual que Ferran Adrià en gastronomía, este vitoriano se vale de la física y la química para llevar a cabo sus combinados, como el que nos ocupa hoy.

El Gin Tonic molecular surge de la idea de poder tomar el clásico cóctel de un bocado. Aunque podría haberse decantado por una gelatina de Gin Tonic o un Gin Tonic granizado, Caballero fue un paso más allá crenado el Gin Tonic molecular.
Para ello, Javier crea una gelatina de ginebra (de forma similar a cómo elaboramos en Ginebras.net la gelatina de Gin Tonic), un caviar de tónica o lo que es lo mismo, esferificación de tónica (técnica en la que se imita el aspecto y la textura del caviar) y elabora un aire de lima.
Al acabar y servirlo, tenemos ya nuestro Gin Tonic molecular, un Gin Tonic capaz de tomarse de un bocado. Alta coctelería en nuestra copa.