
Cada vez más nos estamos acostumbrando a ver como normales tónicas premium aromatizadas con mil y un botánicos como la lavanda, la pimienta rosa, la canela, el cardamomo o el regaliz, por poner solamente unos cuantos ejemplos, pero todavía hay hueco para la innovación y soplos de aire fresco con propuestas diferentes como la que propone una nueva tónica, la Qyuzu.
Y es que si bien esta tónica se elabora como la gran mayoría de tónicas existentes en el mercado, posee una particularidad que la hace única, un ingrediente que la caracteriza y la hace diferente, un cítrico que la torna sumamente especial, el yuzu.
Cultivado durante más de un milenio en China, en las riberas del Yangtsé, el tercer río del planeta por longitud, en la actualidad se produce mayoritariamente en Japón, donde es especialmente apreciado, y ha emprendido un viaje de miles de kilómetros como otrora hicieron comerciantes de especias para llegar hasta tierras valencianas, crecer al abrigo de las brisas mediterráneas y servir de base a la tónica que hoy nos ocupa.
Con la combinación de un cítrico tan especial, cuidado a las orillas de un mar que no es el suyo, la tónica Qyuzu ha conseguido formarse una personalidad fresca y radiante, con toques picantes y amargos distinguidos, ser natural y exótica, poseer una burbuja delicada y una organoléptica que la hacen perfecta para tomar tanto on the rocks como con destilados como la ginebra. Si nos permitís la recomendación, combinadla con Jinzu, que también emplea yuzu en su elaboración y forman un tándem perfecto. Una tónica que merece la pena ser probada, no hay otra igual.